Con el ánimo un poco caido por las circunstancias, recibo la llamada de mi amigo Juan, que me cuenta que lleva dos salidas de pesca en esta semana y se ha encontrado una actividad frenética en aguas cercanas a su domicilio. Sin pensarmelo dos veces, preparo arreos y después de un corto sueño pongo rumbo a este embalse. A las 8:30h de la mañana me encuentro con Juan en un bar de carretera para desayunar y coger fuerzas para una intensa mañana.
Una vez aparcado el coche y después de una larga caminata entre olivos, llegamos a este precioso enclave.
La climatología no predecía un buen día, además se esperaban rachas de viento de entre 14 y 20km/h. Los primeros lances fueron con crankbaits a media agua, pero enseguida nos dimos cuenta que no daría resultado.
Lo siguiente en utilizar: jerkbaits de vinilo. Parece que los estaban esperando...al caer al agua en el primer lance noto unos leves mordiscos al final de mi línea y ¡ZAS!. Ya está aquí el primero.
La luna llena caracteristica en esta época no defraudó e hizo que, como venía observando Juan en días anteriores, los basses estuvieran muy activos. Las capturas se sucedían una tras otra, llegando a rondar la veintena de piezas, saliendo alguna que otra de buen porte.
Lo que no he podido con mi hermandad en esta Semana Santa si que lo he hecho, y con creces, como pescador.