La mañana se presentó fria, llegamos al pantano y corria un poco de aire, a pesar de esto se veian a las carpas comer en la superficie. Buscamos un buen sitio, al solecito, nos colocamos y preparamos nuestras cañas. En esta ocasión nos decantamos por una jornada de pesca a fondo, y así estar tranquilitos, charlando, leyendo y... dispuestos recibir algunas picadas.
Esperamos y no se producia ninguna, y a media mañana uno de los cascabeles empezó a sonar seguido de una fuerte picada, tal que si no llegamos a estar cerca, se hubiese llevado la caña consigo. Cogimos la caña y empezamos a recoger pero la presa tuvo tal fuerza que acabó partiendo la línea. ¡Menudo subidón!.
Despùes de haber tenido esta picada estabamos basante más alentados y con mas ganas, esta vez probamos con una de las cañas un pelin más cerca y mas en las superficie, y se produjo la picada esperada. Una vez clavada la carpa y disfrutar un ratito con ella, le cedí los trastos a Vanesa para que disfrutara del lance ya que era la primera vez que ella venia “de carpas”, y lo disfrutó muchisimo, tuvo una buena pelea aunque el ejemplar no era de gran talla.
Todas las parejas buscan algún momento para estar a solas, y lo hacen compartiendo cosas que a los dos les gustan. Que suerte que a la mía tambien le guste la pesca...
A sido un placer, "Gorda".